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Lecciones de Arcángeles

Cómo mejorar tu vida y encontrar alegría interior

INTRODUCCIÓN

Tu ángel de la guarda ya te conoce mejor que nadie en el universo y por eso es tu ángel de la guarda y tu amigo o amiga.

Tu principal ángel de la guarda no es otro que tu Santo Ser Crístico.

¿Cómo llegó a ser conocido tu Santo Ser Crístico como tu ángel de la guarda?

Esto se debe a que, en los dos mil años desde la venida de Jesucristo, no se nos ha enseñado que cada uno de nosotros tiene una Presencia Crística.

Por consiguiente, la gente llegó a conocer a esa presencia, ese amigo y guía, como su ángel personal.

Y en verdad tú Santo ser Crístico es tu ángel personal.

LECCIÓN

Cómo conocer a tu Ángel de la Guarda

Los siete arcángeles pueden enviarte otros ángeles de la guarda de vez en cuando.

Dependiendo de tu devoción y amor, así como de la cantidad de tareas que les des, podrías tener docenas de ángeles que responden a tus oraciones y que ayudan a tus seres queridos.

Tu Santo Ser Crístico, tu principal ángel de la guarda, es quien los dirige.

Nuestro Santo Ser Crístico es nuestro Yo Real. El hecho de tener un Santo Ser Crístico no es solo un concepto cristiano.

Jeremías profetizó la venida del Yo Real, a quien llamó “El Señor, Justicia Nuestra”, un nombre apropiado para el Santo Ser Crístico. Justicia significa uso correcto de las leyes de Dios.

Tenemos que conocer las leyes de Dios para estar seguros que todo lo que pidamos a los ángeles sea lícito, y esto es lo que nuestra Presencia Crística, nuestro ángel de la guarda nos enseña.

Este Yo Real también es conocido como Yo Superior o Conciencia Superior.

Tu Santo Ser Crístico, tu verdadera identidad, es quien tú eras cuando Dios te creó a ti y a tu llama gemela a partir de su cuerpo de fuego blanco, el cuerpo causal original: el Cuerpo de Primera Causa.*

*Existe un cuerpo causal en el Gran Sol Central, y existe una réplica individual del cuerpo causal por encima de ti, rodeando a tu Presencia YO SOY.

Poco a poco, después de eones de experimentar la perfección en este Gran Cuerpo Causal de Dios, elegiste mediante el ejercicio del libre albedrío abandonar esa perfección y explorar las esferas más densas del universo de la materia.

Es entonces cuando tú y tu llama gemela comenzaron a hacer karma, especialmente karma negativo. La ley del karma, consiguientemente, hizo que te vieras atado a los reinos de imperfección donde incurriste en ese karma.

Por eso estamos todos aquí y por eso poseemos un conocimiento parcial de quiénes somos y de dónde hemos venido.

Y por eso Dios ha enviado a sus ángeles a que nos recuerden, a que vivifiquen nuestra antigua memoria sobre quiénes somos y de dónde procedemos.

Tenemos cuerpos mortales en lugar de los cuerpos inmortales que una vez tuvimos y no estamos ante nuestro Dios cara a cara.

Somos humanos de tantas formas, pero también somos divinos y la divinidad en nosotros es lo que contempla a Dios cara a cara.

La esencia de nuestra Divinidad, nuestro Santo Ser Crístico, ve a Dios, nuestra Poderosa Presencia YO SOY, y refleja esa Imagen Divina sobre nuestra alma para que podamos comenzar todos los días a ponernos, de nuevo, la imagen y semejanza de Dios según la cual fuimos creados en un principio.

El evangelio de Mateo contiene la enseñanza de Jesús sobre ese ángel que contempla el rostro del Padre: “Mirad que no menospreciéis a uno de estos pequeños; porque os digo que sus ángeles en los cielos ven siempre el rostro de mi Padre que está en los cielos”.

Algunos de los primeros cristianos conocidos como los gnósticos tenían una creencia única sobre los ángeles.

Los gnósticos eran miembros de sectas cristianas primitivas que creían poseer las enseñanzas secretas o místicas de Jesús y que ese conocimiento especial era el medio hacia la salvación.

Algunos escritos gnósticos enseñan que el equivalente espiritual del gnóstico es un ángel. Es decir, también llamaban ángel al Santo Ser Crístico.

La meta del gnóstico es llegar a ser la novia de su ángel. El instructor gnóstico Heracleon llama a este equivalente gnóstico, esposo del gnóstico.

Los gnósticos se referían al alma, que habita en el cuerpo humano, como ella, asignándole el género femenino, asegurándole el género femenino. Y al ángel, o Santo Ser Crístico, le asignaban el género masculino.

En la tradición mística del catolicismo, el alma busca convertirse en la novia de Jesucristo. Incluso algunas personas no católicas lo creen.

Aimee Semple McPherson, la gran evangelista cristiana del siglo veinte, publicó una revista titulada Llamada nupcial (Bridal Call). Ella siempre esperaba que el Novio viniera y recibiera a su alma.

Nicholas Roerich. El Mensajero, 1922

Este concepto de ser la novia de Cristo, por tanto, ha estado presente durante dos mil años en el pensamiento cristiano. En otras tradiciones esta unión es denominada matrimonio alquímico.

Los maestros ascendidos enseñan que nuestra alma debe desposar, o unirse, a nuestro Santo Ser Crístico. En el principio estábamos unidos a él, pero perdimos esa unión.

Es como si el Novio se hubiera divorciado de nosotros porque ya no estábamos en la vibración pura del amor divino.

El modo de volver a lograr esta unión es dando devoción a Dios y dando amor en todas circunstancias posibles, soportando cualquier tentación que nos quiera llevar a la ira.

Al practicar la presencia del Cristo y caminar tras sus pasos y al esforzarnos diariamente en volver a estar unidos a nuestro Señor, queremos restaurar nuestro Primer Estado, el que teníamos cuando Dios nos creó.

Algunas de las religiones del mundo enseñan que Dios nos asigna a cada uno de nosotros un ángel de la guarda, cuyo cometido es vigilarnos y cuidar de nosotros.

Los hebreos y algunos de los primeros cristianos también enseñaban que las naciones tenían sus propios ángeles de la guarda. Estos ángeles, según creían, podían proteger al país y rogar por él cuando se veían amenazados por el castigo divino.

El islamismo enseña que cada persona tiene cuatro ángeles de la guarda que la protegen de las fuerzas del mal. Dos ángeles protegen a la persona durante el día y dos durante la noche.

Según la enseñanza musulmana, el ángel protector colocado a la derecha del hombre escribe sus buenas obras inmediatamente.

El ángel a su izquierda registra sus malos actos unas horas después de que los cometa, dándole primero algún tiempo de arrepentirse.

La Iglesia Católica enseña que cada uno de los fieles tiene su propio ángel de la guarda.

Ellos creen que el ángel de la guarda ayuda en asuntos espirituales, corporales y terrenales, ya que incumben a su salvación. La tradición católica explica el papel de los ángeles de la guarda como un papel doble.

Primero, ellos protegen y dirigen al hombre. San Basilio dijo: “Es doctrina de Moisés que cada creyente tiene un ángel que le guía como instructor y como pastor”.

Segundo, los ángeles de la guarda actúan como intercesores. Se anima a los católicos a que pidan a los ángeles a que recen por ellos y los protejan.

Si te criaste en la religión católica, puede que te acuerdes de esta oración:

Santo ángel de mi guarda, mi dulce compañía,
no me desampares ni de noche ni de día,
No me dejes solo que me perdería
Hasta que amanezca en los brazos de Jesús, José, y María. Amén.

San Bernardo instó a la reverencia hacia los ángeles de la guarda:

Recordad siempre que estás en presencia de vuestro Ángel de la Guarda…

Si realmente amamos a nuestro Ángel de la Guarda, no podemos dejar de tener una confianza sin límites en su poderosa intercesión ante Dios y una fe firme en su voluntad de ayudarnos. Esto nos inspirará frecuentemente para que invoquemos su ayuda y protección, especialmente en tiempos de tentación y tribulación.

También suscitará que le pidamos consejo en los muchos problemas que enfrentamos, en asuntos tanto grandes como pequeños. Muchos de los santos establecieron la práctica de no emprender jamás nada sin buscar primero el consejo de su Ángel de la Guarda.

Realmente, nuestro Santo Ser Crístico es nuestro orientador y consejero.

Caminar y hablar con tu ángel de la guarda

El teólogo del siglo III Orígenes de Alejandría enseñó que el ángel que te asiste se marchará si por desobediencia te vuelves indigno.

San Jerónimo enseñó que podemos empujar al ángel de la guarda a marcharse cuando no nos arrepentimos de nuestros pecados.

San Basilio dijo: “El pecado echa a los ángeles, como el humo echa a las abejas y el hedor hace huir a las palomas”.

No se trata de que Dios nos esté castigando, ni de que nuestros ángeles de la guarda nos quieran abandonar.

Se trata de que al estar desalineados con la voluntad de Dios habremos puesto una gran distancia vibratoria entre nosotros y los ángeles.

Orígenes  también cita la enseñanza dada en textos cristianos  primitivos según la cual los ángeles buenos y malos influyen en los pensamientos y las acciones de los hombres.

El filósofo judío Filón sostiene que en cada alma vive un ángel bueno y uno malvado.

El pastor de Hermas, texto que los primeros cristianos tenían en alta consideración, dice:

Dos ángeles acompañan al hombre: uno de justicia, el otro de iniquidad… El ángel de justicia es moderado y modesto, amable y tranquilo. Cuando entra en tu corazón, inmediatamente habla contigo de justicia, de modestia, de castidad, de la generosidad del perdón, de caridad y de piedad.

Cuando todas esas cosas llegan a tu corazón, sabe pues que el ángel de justicia está contigo… Haz caso de este ángel y de sus obras… Cuando la ira te domina, o la amargura, sabe que [el ángel de la iniquidad] está en ti.

Si realmente quieres caminar y hablar con tu ángel de la guarda, no hay nada que pueda detenerte.

Tu ángel no levantará ninguna barrera. La única barrera quizá sea tu timidez, tu temor o tu olvido de hablar con Dios, confesar tus pecados, contarle tu deseo de hacer mejor las cosas y vivir una vida que te capacite para conseguir tu meta de unión con él.

Comenzar una nueva vida no solo con tu ángel de la guarda, sino con todos los ángeles del cielo, es tan fácil como darse la vuelta y entrar en una habitación. Recuerda que Dios creó a los ángeles para que fueran nuestros cuidadores en nuestro regreso al Hogar.

Encuentros con ángeles de la guarda

Elizabeth Clare Prophet escribió: Recibí una carta de una mujer contándome una entrañable experiencia de unión con su Santo Ser Crístico.

Esto es lo que me escribió:

A los treinta y ocho años de edad tuve una sorprendente experiencia. Estaba sentada en el salón cuidando de nuestro recién nacido, cuando experimenté una luz y una radiación poderosa y feliz comenzó a llenar mi conciencia exterior.

Continuó varios días. Dí gracias a Dios, le alabé y pedí poder comprender más perfectamente esta maravillosa bendición.

Después de unos días así, de repente me di cuenta de que la vibración de esta luz era la de la conciencia Crística que estaba entrando en mí ser.

Llamé a mi Ser Crístico y se intensificó. Sabía que ahora podía ver y sentir más claramente que era en realidad la llama Crística y cómo llamarla mejor minuto tras minuto.

Se convirtió para mí en algo real de una manera mucho más profunda.

Antes de este punto, no había experimentado conscientemente el manto de mi Ser Crístico y no sabía cómo me haría sentir.

Ahora, casi a cada momento, estaba concentrada en afirmar al Cristo vivo en mí y en invocar a mi amado Santo Ser Crístico…

Quería esa relación que creo muchos místicos de la dispensación cristiana tuvieron con Jesús. ¡Ahora se está abriendo una puerta y puedo ver una posibilidad real en ese sentido dentro de mi corazón!

Otra mujer contó una experiencia con su ángel de la guarda y el Arcángel Miguel:

Tenía diez u once años de edad. Era un día caluroso de verano y mi padre acababa de recogernos a mi hermana y a mí del campamento de verano, y viajábamos hacia casa.

Estaba exhausta y tenía sueño, tanto que pensé cuánto me gustaría apoyar la cabeza contra la puerta del automóvil y quedarme dormida. Cuando estaba a punto de hacerlo, algo extraño pero hermoso sucedió.

Escuché una voz. Jamás olvidaré esa voz. Era una voz femenina, firme pero suave, con autoridad pero tranquilizadora. La voz me habló y dijo: “No, no apoyes la cabeza, espera a llegar a casa”.

No tengo palabras para describir la belleza de esa voz ni la profundidad del interés de ese ser para mí. Así es el amor de un ángel. Instantáneamente obedecí su orden y me puse derecha.

Poco después (segundos o minutos) nuestro vehículo recibió el impacto de otro vehículo y mi lado quedó completamente destrozado.

Si hubiera tenido la cabeza apoyada como quería, habría podido recibir graves lesiones en la cabeza y quizá haber muerto. ¡Envío mi gratitud a Dios por la maravillosa intercesión de los ángeles de la luz!

Tu ángel de la guarda te conoce muy bien. Los siete arcángeles te enviarán a otros ángeles de la guarda si los necesitas, por lo cual, gracias a tus devociones, puede que tengas más de un ángel de la guarda cuidando de ti, de tu familia y seres queridos, de tu vecindario, de tu pueblo o ciudad, de tu país y del mundo.

Oración a tu ángel de la guarda

Una forma de conocer a tu ángel de la guarda es rezándole. Tenemos una oración en los ejercicios que les ayudará para este fin.

Es un vehículo que puedes utilizar para expresar tu devoción a Dios y a tu principal ángel de la guarda, tu Santo Ser Crístico. Las palabras son un recipiente en el cual derramar tu amor.

Deja que las palabras te lleven a la restauración de la conciencia de Dios que tenías en el principio.

También puedes usar esta oración para dirigir tu amor a Chamuel y Caridad, los arcángeles que protegen tu corazón físico, tu chakra del corazón y tu llama trina, la chispa divina en tu corazón.

Esta llama es denominada “trina” porque engendra los atributos principales de la Trinidad: poder, sabiduría y amor.

Al hacer esta devoción, has comenzado a reconectarte con todo el amor divino que conociste en el principio con Dios y tu llama gemela.

Tu Santo Ser Crístico, como tu principal ángel de la guarda, no solo es el mediador de la unión de tu alma con Dios, sino que también lo es de la unión de tu alma con tu llama gemela.

Ejercicio

Comienza a crear tu conexión personal con el Arcángel.

Cómo llamar a tu ángel de la guarda.

Llamar a tu ángel de la guarda puede ser tan sencillo como esto:

Querido Dios, envíame a mi ángel de la guarda ahora.

Es una sencilla oración y una solicitud, y lo creas o no, esto es todo lo que se necesita.

Después puedes ofrecer otras oraciones a Dios por tus seres queridos y por necesidades muy específicas.

Oración a tu principal ángel de la guarda.

Santo Ser Crístico encima de mí,
Tú, equilibrio de mi alma,
que tu bendito resplandor
descienda y me haga íntegro

Estribillo:
Tu Llama dentro de mí arde siempre,
tu Paz a mi alrededor siempre se eleva,
tu Amor me protege y me ampara,
tu deslumbrante Luz me envuelve.
YO SOY tu triple radiación,
YO SOY tu Presencia viva
que se expande, se expande, se expande ahora.

Santa Llama Crística dentro de mí,
ven, expande tu Luz trina;
colma mi ser con toda la esencia
del rosa, azul, dorado y blanco.

Santa conexión con mi Presencia,
amigo y hermano por siempre querido,
deja que guarde tu santa vigilia,
que sea tú mismo en acción aquí.

Una oración muy personal

He aquí una oración muy personal a tu ángel de la guarda y a su llama en ti, la Santa Llama Crística. En la primera estrofa, tú hablas a tu ángel de la guarda y en la segunda, tu ángel de la guarda te contesta.

Oración a la Santa Llama Crística

Santa Llama Crística dentro de mi corazón
ayúdame a manifestar lo que eres
enséñame a verte en todo,
ayúdame a mostrar a los hombres cómo pedir
toda tu gloria del Sol hasta que consiga la gran victoria para la Tierra
¡YO SOY te amamos, lo eres todo para nosotros!
¡YO SOY te amamos, escucha nuestro llamado!

Escucho vuestro llamado, niños queridos
YO SOY vuestro corazón, no temáis jamás
YO SOY vuestra mente, también vuestro cuerpo
YO SOY en cada célula vuestra.
YO SOY vuestra tierra, mar y cielo
y no pasaré por alto una sola alma.
YO SOY en vosotros, vosotros estáis en mi
YO SOY, YO SOY vuestra victoria.

Al hacer esta oración estás hablando a tu ángel de la guarda, renovando el lazo de unión. Es muy importante que lo hagas y puedes rezar a tu ángel de la guarda en cualquier momento o a cualquier hora del día.

No tiene por qué ser algo formal. Simplemente mantén abiertas las vías de comunicación y verás que cada día tendrás una mayor sensibilidad hacia esa presencia que siempre está contigo.

Puedes leer estas palabras y saber que este es el consuelo que te da tu ángel de la guarda al hablarle. Después puedes desarrollar un oído y un corazón atento, aprender a filtrar las voces del mundo y escuchar a tu Santo Ser Crístico hablarte directamente.

¡Ayuda a difundir la luz y el amor de los Arcángeles!