×

Lecciones de Arcángeles

Cómo mejorar tu vida y encontrar alegría interior

Introducción

Todos han escuchado historias sobre ángeles. Los ángeles hacen retroceder a individuos al borde de precipicios o en las vías del tren. Estos seres advierten sobre situaciones peligrosas y guían a quienes enfrentan decisiones difíciles. Brindan consuelo, iluminación y curación.

Mas, ¿cómo puedes conseguir que los ángeles te ayuden?

Estás a punto de aprender a relacionarte con ellos, de modo que en cuanto los llames ellos te respondan.

Leerás casos de personas que han usado determinadas técnicas a fin de recibir orientación e inspiración de estos seres, así como relatos sobre ángeles que trabajan por ellas, haciéndose cargo de todo, desde aspectos cotidianos de la vida hasta milagros de curación de rescates en las autopistas.

Tomemos como ejemplo el caso de Alex, quien perdió el control de su auto en una carretera cubierta de hielo. Mientras se deslizaba hacia un precipicio, llamó al Arcángel Miguel. Su vehículo regresó de inmediato al centro de la carretera, «casi como si lo hubiera empujado una mano».

O el caso de Varlene, que recibió ayuda angelical tras quedarse en blanco durante un examen.

Lo primero que debemos tener en cuenta es: ¿qué es un ángel y por qué motivo responde a nuestras oraciones?

Los ángeles son a Dios lo que los rayos del sol, a éste. Dios los creó para que estuvieran a nuestro servicio y nos atendieran.

Su razón de ser es contestar a nuestras oraciones. Aunque vivamos en el mundo material ellos constituyen el vínculo especial que nos une a Él. Además, cada uno de nosotros tiene en su interior un fragmento de Dios, una chispa divina, que le permite acudir a los ángeles en busca de ayuda, ¡y esperar resultados!

Siempre y cuando lo que les pidas sea positivo y no perjudique a otras personas ni interfiera en tu plan divino, los ángeles responderán a tu petición. Y no sólo puedes solicitarles ayuda para ti, sino que también puedes dirigirlos, o incluso ordenarles que lleven a cabo tareas de mayor alcance, como detener la delincuencia o salvar a los niños de la violencia y las drogas.

Los ángeles se hallan ciertamente a la espera de que les asignes tareas, pues hay una regla que rara vez incumplen: no intervienen en nuestra vida a menos que les pidamos que lo hagan. Tenlo en cuenta al estudiar este plan que te enseña en diez pasos cómo los ángeles trabajan para ti.

Pues a sus ángeles mandará acerca de ti, que te guarden en todos tus caminos.

-Salmos 91:11

LECCIÓN

Introducción de los Arcángeles y Ángeles en tu vida

1.   Haz un espacio en tu vida a los ángeles

Los ángeles viven en el mundo del Espíritu, es decir, en el cielo, y nosotros vivimos en el mundo de la materia. Ellos, por naturaleza, son atraídos hacia su hogar.

Por tanto, si quieres que se sientan a gusto contigo, tienes que hacer que tu mundo —esto es, tus pensamientos, sentimientos y entorno— sea más parecido al suyo. Parafraseando la epístola de Santiago: «Acércate a los ángeles y ellos se acercarán a ti».

Los ángeles se sienten cómodos con los pensamientos de paz y amor, no con la irritación y la agresividad. Tal vez te resulte difícil quitarte de la cabeza al conductor maleducado que te cortó el paso cuando regresabas a casa. Pero sí puedes liberarte de la irritación si empiezas por entablar relación con los ángeles unos minutos al día.

Ante todo, mantente al margen de las distracciones.

Apaga la radio y el televisor, vete a una habitación donde estés a solas o a tu lugar preferido en la naturaleza, dibuja un ángel en tu mente (te ayudará tener cerca una imagen de tu ángel favorito) y comulga con estos seres.

Simplemente háblales de tus problemas. Hazlo como si estuvieras comunicándote con tu mejor amigo. Luego escucha. Mantente en silencio y aguarda los pensamientos que ellos te depositarán en la mente.

Quizá desees utilizar alguna de las técnicas que este libro te ofrece a fin de aumentar el flujo de energía positiva de los ángeles.

Al poco tiempo tu relación con estos seres se tornará una espiral ascendente: te ayudarán a sentirte más positivo, más positiva. Y eso te acercará más a ellos.

2.   Reza en voz alta

Los ángeles dan respuesta a numerosas oraciones en silencio o a intensos deseos del corazón.

De hecho, no tienes que hablar para que te presten atención, sobre todo si te encuentras en un lugar donde resultaría inadecuado, cual sería una reunión de trabajo o el metro. De todos modos, obtendrás una respuesta más eficaz si les hablas en voz alta.

Tu voz tiene poder: el poder de crear o de destruir. Dios se valió de él cuando dijo: «Hágase la luz».

Al utilizar la facultad del habla puedes crear cambios en tu vida.

La oración hablada adopta diversas modalidades: canciones y alabanzas, con las que tradicionalmente se ha congregado a los ángeles; oraciones estructuradas, como el Padrenuestro; y oraciones sin una pauta, que consisten en expresar los anhelos más profundos del alma.

Todas ellas pueden compaginarse con «decretos» y «fíats», los cuales constituyen nuevas formas de orar que aprenderás en estas lecciones.

Los decretos fomentan el trabajo conjunto de Dios y el hombre para generar cambios constructivos. Son oraciones habladas que te permiten dirigir la energía de Dios al mundo. Los fíats son afirmaciones cortas y enérgicas como «Arcángel Miguel, ¡ayúdame, ayúdame, ayúdame!», que resultan eficaces a la hora de atraer ayuda angélica.

3.   Utiliza el nombre de Dios

Dios está dentro de ti. Así que, en cuanto utilizas esa energía que está en tu interior para dirigir a los ángeles, ellos pueden responderte con todo el poder del universo.

Cuando Dios habló a Moisés desde la zarza que ardía, reveló tanto Su nombre —YO SOY EL QUE YO SOY— como la verdadera naturaleza del hombre. Tú eres la zarza y el fuego es tu chispa divina, esto es, el fuego que Dios te ofrece por ser Su hijo o hija. Se trata del poder de crear en el nombre de Dios y de dar órdenes a los ángeles.

Jesús utilizó el nombre de Dios cuando dijo: «YO SOY la resurrección y la vida».

Cada vez que pronuncias las palabras «YO SOY…» en realidad estás afirmando «Dios en mí es…», y atraes con ello hacia ti lo que digas a continuación.

Cuando dices «YO SOY iluminación», estás afirmando que Dios en ti te está atrayendo más del atributo de la iluminación de cuanto posees.

Muchos de los decretos y fíats que encontrarás en estas lecciones emplean el nombre de Dios, YO SOY EL QUE YO SOY. Pruébalo y experimenta cómo aumenta el poder de tus oraciones.

 4.   Recita tus oraciones y decretos cada día

Los ángeles siempre están a nuestra disposición. Pero nosotros no siempre sabemos cómo llegar a ellos.

La mejor forma de estar seguros de que responderán cuando les llames es recorriendo con mucha frecuencia el camino que erijas desde tu corazón hasta el suyo a fuerza de comulgar con ellos a diario.

Y la mejor manera de hacerlo es estableciendo una sesión diaria de oraciones. No tiene que ser larga: comenzar con cinco minutos basta.

Miguel, mecánico de oficio, afirma que los ángeles le ayudan en todo momento y que recitar decretos cada día le permite estar en su misma longitud de onda. «Estoy más en armonía con ellos», comenta.

Cuando decreta diariamente sabe que estos seres contestarán al instante cada vez que pida ayuda. Dice que suelen mostrarle en menos de quince segundos las piezas que se le han perdido y también le ayudan a detectar problemas con los vehículos.

5.   Pide ayuda

Aun después de establecer un vínculo con los ángeles debes acordarte de solicitar ayuda en cuanto te haga falta.

Ellos respetan tu libre albedrío. En pocos casos intercederán sin que se les llame. Lo más común es que aguarden cortésmente.

Miguel (el mecánico) señala que en ocasiones se esfuerza durante mucho tiempo por resolver un problema hasta que por fin se acuerda de solicitar ayuda. Suele ocurrirle cuando intenta enroscar un tornillo en un lugar que no alcanza a ver.

«Me paso un cuarto de hora intentándolo antes de decir “ángeles, ayudadme, por favor” y ¡zas!, lo consigo», explica.

Continuará…

Ejercicio

Comienza a crear tu conexión personal con el Arcángel.

Crea tu espacio donde haya silencio.

Encuentra un lugar especial en tu hogar donde puedas poner tu imagen favorita de un ángel.

Puedes ponerla en un paño limpio y tener una vela, algunas flores y una piedra o concha favorita junto a la imagen.

Intenta decir el nombre de Dios.

Puedes decir el nombre del que Dios le habló a Moisés en una breve oración que llamamos Fiat.

Prueba este:
¡YO SOY el que YO SOY!
¡YO SOY el que YO SOY!
¡YO SOY el que YO SOY!

Recuerda las reglas de los Ángeles.

  1. Te ayudan a hacer la voluntad de Dios.
  2. Lo que oras siempre tiene que ser útil para ti y para los demás.
  3. Debe ser el momento adecuado.

¡Ayuda a difundir la luz y el amor de los Arcángeles!